El Corán y la mujer
POR: Dr. Donald T. Moore
¿Es cierto que el Islam ennoblece a la mujer? ¿Cuál es el rol de la mujer en el Islam en comparación con su rol en la Biblia? Estos libros sagrados (el Corán y la Biblia) afectan a millones y millones de mujeres. El número de musulmanes es aproximadamente 1.5 billones y de este número varios millones son mujeres.1
El rol de la mujer en el Islam
Los musulmanes creen que el Islam ennoblece a las mujeres.2 ¿Por qué lo creen? Porque no las ven como objetos sexuales. Las guardan y protegen en el hogar donde pertenecen. Permite a los esposos protegerlas. Cuando salen en público, no son objetos para ser vistas por otros hombres. Estos argumentos resuenan bien en gran parte del mundo.3 En su tesis de Maestría sobre las razones por qué los cristianos se convierten al Islam, de doce factores este último argumento fue el número 6 en importancia. O sea, da a las mujeres un lugar en la sociedad y un rol que el cristianismo hoy no les da. Estas razones señalan la propaganda, la pornografía y el internet donde los hombres se apoderan de la mujer. Tienen que vestirse de ropa costosa que realzan y lucen sus características femeninas y ponerse mucho maquillaje. Es su cara y su figura lo que cuenta y no su interior; no es lo que hace sino su apariencia exterior. No podemos negar que hay mucha verdad en estas alegaciones, pues en el Occidente las mujeres son objetos sexuales y solamente objetos sexuales. Eso es algo a lo cual los cristianos deben oponerse y los confrontamos en cuanto a ello. No obstante, eso no es suficiente, porque la gente desconoce lo que dice el Corán sobre las mujeres.
Cabe hacer una pregunta aquí: si las vemos como objetos, ¿por qué los musulmanes las cubren con tanta ropa? Por ejemplo, ¿qué dice el Corán en Sura 33:59? “¡Profeta! Di a tus esposas, a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran con el manto. Es lo mejor para que se las distinga y no sean molestadas.” No dice solo cubrir su cara, sino más bien cubrir todo el cuerpo, completamente cubierta de manera que solo sus ojos sean visibles. Si se cubren, entonces ¿cuál es el primer propósito? Los musulmanes siempre contestan: para que los hombres no las miren fijamente y para que ellos no las conviertan en objetos sexuales. Entonces, ¿de quiénes es el problema? ¿De las mujeres o de los hombres? Son los hombres que tienen el problema al verlas como objetos sexuales. Entonces, ¿por qué entre los musulmanes son las mujeres las que tienen que pagar el precio del problema de los hombres?
Además, el Sura 26:1644 dice que nadie debe llevar la culpa de otro (ver el artículo en la Sana Doctrina sobre “El Corán y la crucifixión” donde señala que nadie, incluyendo a Jesús, puede quitar la culpa de otro.) Aquí los hombres tienen un problema al ver a la mujer como objeto sexual. Los musulmanes cubren a la mujer para tratar con un problema de ellos, pues los hombres son débiles. Cabe señalar que la Biblia ve el problema correctamente porque Cristo dice: “Si tu ojo derecho te es ocasión de pecar, arráncalo y échalo de ti” (Mt 5:29 Biblia de las Américas). De ninguna manera son los ojos de tu esposa, pues es el hombre que debe sacar sus propios ojos. La Biblia da la solución correcta: Culpar a quien merece tener la culpa.
¿Es cierto que el Corán ennoblece a las mujeres?
Vamos a ver en esta fuente principal de autoridad siete versos en dos capítulos del Corán, el Sura 4 primero y después el 2. Probablemente el texto más famoso que enfoca el matrimonio y lo que se puede hacer en el matrimonio es el Sura 4:3. Señala que el hombre puede casarse hasta con cuatro mujeres. “Si teméis no ser equitativos…, entonces, casaos con las mujeres que os gusten: dos, tres y cuatro.” Contrariamente en el cristianismo se permite al hombre casarse solo con una (Gn 2:245 ), o sea, un hombre con una esposa por toda la vida (al menos que enviude). Tanto Cristo como el Apóstol Pablo apoyan la monogamia. En el Nuevo Testamento está claro que el hombre se casa con una sola mujer. 1 Corintios 7 dedica un capítulo completo al matrimonio en la iglesia y estipula una sola esposa. Esto tiene sentido, pues con cada esposa también tiene una suegra. Reiteramos que para el cristiano es solo una pero ¡para los musulmanes son hasta cuatro esposas y cuatro suegras con quiénes bregar! No obstante, no permite a la mujer tener hasta cuatro esposos (poliandria). Conviene preguntar acerca del trasfondo de esta práctica en el Islam y la respuesta es que en el tiempo de Mahoma en la guerra los hombres fueron matados y con el permiso de una pluralidad de esposas, eso ayudaría a las viudas tener un esposo para sostenerlas y protegerlas.
Esa respuesta nos lleva a otra pregunta: pero ¿por qué cuatro esposas durante los tiempos de paz? El musulmán típico no tiene contestación. Así que en estos días diferentes, deben saber cómo aplicar lo que ocurrió en el séptimo siglo, pero el problema es que no es de fácil aplicación al siglo actual. Pero el punto principal aquí es que el Corán claramente permite al hombre tener hasta cuatro esposas lo cual es contrario a la enseñanza cristiana.
Después de hablar del matrimonio ahora se enfoca a la muerte. En el Sura 4:11 menciona la relación de los hijos con la herencia cuando hay una muerte y hace claro que la parte para un varón es equivalente a lo que reciben dos hijas. “Dios os ordena lo siguiente en lo que toca a vuestros hijos: que la porción del varón equivalga a la de dos hembras. Si estas son más de dos, les corresponderán dos tercios de la herencia. Si es hija única, la mitad….” (4:11). En esta situación obviamente la mujer tiene la mitad del valor de un hombre. O sea, cuando un padre muere deja provisiones que van a los hijos y la parte para el varón es el doble que para la mujer. En vez de una igualdad las partidas evidencian una inequidad, porque los varones reciben el doble de la herencia que reciben las mujeres. Así que existe una inequidad en el matrimonio (de uno a cuatro) y hay otra inequidad en la muerte. Eso hace claro que el valor del hombre es el doble al de la mujer. Por lo tanto, es importante consultar el Corán, pero a los musulmanes en los tribunales americanos no les gusta adaptarse a las leyes del Occidente, sino que quieren seguir con sus propias reglas y reglamentos para los hombres y las mujeres según el Corán. Los musulmanes saben que en la muerte en sus familias en los tribunales Occidentales se divide la herencia 50% a 50%, pero dependiendo de quién tenga el mayor número de hijos y quién tiene la necesidad de proveer para esos hijos. Y esas consideraciones son opuestas a lo que estipula el Corán.
Además, hay otros versos o suras que atañen a la mujer. En cuanto a las mujeres que son esclavas, el Sura 4:24 tiene una relación con una práctica en este tiempo de la crisis de ISIS (Estado Islámico) en Siria e Irak. Hoy los hombres musulmanes toman a las Yazidis como esclavas y las venden por diferentes precios dependiendo de sus edades, pues en el caso de las mayores el precio es más bajo. Según el Sura 4:24 “las mujeres casadas, a menos que sean esclavas vuestras, ¡Mandato de Dios! Os están permitidas todas las otras mujeres…” A veces cuando los musulmanes van a la guerra, tienen el propósito de capturar algunas esclavas. Y en tal situación el hombre puede tener todas las mujeres que quiera y eso es por encima de las cuatro, o sea, es sin contar las cuatro mujeres permitidas en el matrimonio plural. Pero estas nuevas mujeres son sus concubinas, y el musulmán puede coger el número que quiera. Eso mismo hacía Mahoma. Tomaba hasta 12 esposas, aunque el Sura 4:3 da permiso solo a cuatro. No obstante, Mahoma tomó a 12. Así que Mahoma ni siquiera siguió su propia revelación.
Cuando el apologista Jay Smith pregunta a los musulmanes acerca de esto, dicen que Mahoma tuvo una provisión especial. Luego preguntaba si los profetas bíblicos tenían un número mayor de esposas que los demás. ¿Existe algún ejemplo en la Biblia donde un profeta tenía privilegios especiales que los demás israelitas no tenían? De hecho, existía exactamente lo opuesto, porque era el profeta quien era perseguido y sufría el rencor y la fuerte crítica del pueblo. Concluimos, que en cuanto a las concubinas, el musulmán puede coger—en adición a las cuatro esposas—todas las que quiera, pero, a la vez, todos los hijos del hombre, sean de concubinas o esposas, deben recibir un trato igual a los de las esposas legítimas.
¿Qué dice el Corán acerca del rol de la mujer en comparación con la Biblia?
El Sura 4:34 dice: “¡Amonestad a aquellas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles!” Este pasaje se relaciona con los hombres y las mujeres y sus roles. Los hombres son los protectores y tienen que mantener a las mujeres. Pero cuando hay situaciones de falta de obediencia al esposo existen tres acciones para él, dependiendo de la conducta de ella en el pasado:
►Lo primero es amonestarlas o sea decirles que no vuelvan a hacerlo.
►Segundo, rehúsa compartir la cama con ella. Esto es muy serio, porque el primer rol de la mujer en el Islam es dar a luz hijos y también cuidar a su esposo. Estas son las dos funciones para la mujer en el Islam. Si el esposo deja de compartir la cama con ella, entonces eso significa que no puede seguir pariendo hijos. Eso es tan grave porque eso, en gran medida, erradica su identidad como mujer porque eso es la razón para casarse y ser esposa. Esta acción es mucho más seria que la primera advertencia.
►Tercero, si todavía no se endereza la esposa, entonces “pegadles” o “golpeadlas” (4:34). El predicado arábico quiere decir literalmente “azotar” o sea, castigar con severidad y causar sufrimiento conun látigo, o sea, castigarla con severidad. La implicación es que les peguen como a un animal o burra. Esto no es algo suave sino azotarlas repetidamente con un látigo. Definitivamente no quiere decir con suavidad. No obstante, la traducción del Corán al inglés de Abdullah Yusuf Ali en paréntesis dice “suave.” No hay tal cosa como un azote suave. Insertó la palabra “suave” en paréntesis porque de otra manera es un verso horrendo para los musulmanes poder defender.
Además, algunos dicen que esas instrucciones fueron para el séptimo siglo y solamente debemos verlo para aquella época. Los musulmanes quieren evitar tener que discutir o justificar el verso y lo evitan como fue el caso en un debate en la Universidad de Cambridge. Rehusaban admitir que se trataba de pegarlas. Aun hoy los musulmanes lo encuentren muy difícil de defender; es tan cruel y atroz para hoy que alegan que ese castigo no es relevante hoy y que no se practica en el día de hoy.
El Sura 2:282 dice: “Llamad, para que sirvan de testigos, a dos de vuestros hombres; si no los hay, elegid a un hombre y a dos mujeres de entre quienes os plazcan como testigos….” Esto da instrucciones de cómo formar un tribunal de testigos. En un tribunal dos (2) hombres pueden servir de testigos, pero si no hay dos varones, entonces pueden ser un hombre y dos mujeres. Pero Aisa, una de las doce esposas de Mahoma, preguntó a Mahoma por qué dos mujeres sustituyen a un hombre. Mahoma respondió que la razón era que las mujeres eran menos inteligentes y más desobedientes. ¡Estaba diciendo que dos mujeres tienen el valor de solo un hombre! O sea, que el testimonio de una mujer ni siquiera vale lo mismo que el de un hombre y eso se debe a que son menos inteligentes y obedientes. En el Reino Unido esto no está bien recibido hoy y tampoco lo evidencia porque los testimonios en los tribunales no lo constatan, pues los estudios indican que las mujeres superan a los hombres. Desde el año 1993 esto no es aceptable en el Reino Unido. Posiblemente era cierto en el Siglo VII, porque no se permitía a la mujer asistir a las escuelas.
¿Pero son las mujeres menos obedientes? Es dudoso. El apologista Jay Smith destaca el Sura 4:34 donde las mujeres pueden ser golpeadas. En contraste, los cristianos no quieren y no permiten que sus esposas sean sometidas a golpes.
El siguiente verso es probablemente el Sura más contencioso en el Corán,6 y por su contenido todas las mujeres deberían verlo y conocerlo. El Sura 2:223 dice: “Vuestras mujeres son campo labrado para vosotros. ¡Venid, pues, a vuestro campo como queráis, haciendo preceder algo para vosotros mismos!” En su nota al calce de su traducción Julio Cortés explica que la esposa es “la tierra en que se plantan los hijos—aludiendo a las posturas adoptadas en el coito… [y] ‘cuando queráis’…. Según algunos comentaristas, se recomienda aquí que el coito” asemeja a la siembra en la tierra y por implicación las esposas no valen más que la tierra en una finca y el esposo puede arar con ella y tener sexo con ella en cualquier momento que él desee. Los intérpretes o sea, los exegetas, así interpretan este versículo. Esencialmente están diciendo que los esposos pueden cometer violaciones en el matrimonial. Que en cualquier momento el esposo puede arar su esposa sexualmente. Este verso es horrendo e imposible para los musulmanes y nosotros mismos a defender.
El Sura 2:230 tiene que ver con el divorcio de una esposa y dice: “Si [el hombre] la repudia [definitivamente], ésta ya no le será permitida sino después de haber estado casada con otro [hombre]. Si este último la repudia, no hay inconveniente en que aquellos vuelvan a unirse….” Esto hace referencia a que si la esposa es divorciada, ese primer esposo no la puede volver a recibir legalmente hasta que ella se haya casado con un segundo esposo. Una vez que elprimer esposo le dice “Yo te divorcio” tres veces, entonces si éste decide volverla a recibir como esposa, tal vez dándose cuenta que habló demasiado rápido, y se despierta a la siguiente mañana y se da cuenta que no debía haberla dicho eso y quiere volver a recibirla como esposa, no puede hasta que sea divorciada de su segundo esposo. Solo bajo esa condición puede volver a recibirla como esposa sin pecar él y/o ella y solo así puede acatar las leyes que Alá ha establecido. O sea, un primer esposo no puede volver a su primera esposa si se ha divorciado (después de decir “Sulah” tres veces). Una vez dicho, la mujer tiene que casarse con otro hombre y consumar ese matrimonio con su otro esposo y solo después del divorcio de estos, puede el primer esposo casarse de nuevo con ella.
¿Qué nos dice esto acerca de la mujer? En esencia dice que las mujeres son solo como reses o burras. Cuando nos percatamos de su aplicación en las vidas reales, descubrimos lo horrendo que es el verso. Por ejemplo, en Pakistán donde se aplica esta ley, una divorciada tiene que encontrar un segundo hombre con quien casarse. En ese país hay hombres que han tenido múltiples matrimonios y/o que se dedican a tener matrimonios temporeros. Pueden encontrar apoyo para esto en las tradiciones del Hadita (segundo libro en importancia después del Corán) y la ley Sharia que mencionan estos tipos de hombres y matrimonios. Los hombres pueden casarse con mujeres hasta por tres horas o por 90 años. Pero tienen que pagar un precio por este servicio. En estos matrimonios temporeros tienen sexo. Un apologista dice que esto no es nada más que la prostitución, pues es su trabajo de tiempo completo. Si el esposo quiere volver a casarse con ella, la misma puede pasar una noche con uno de estos hombres, consumar el sexo y el esposo la puede volver a tener al siguiente día. Es un tipo de prostitución horrenda, porque relega a la mujer a ser solo un objeto sexual.
Y para Jesús, ¿qué valía el testimonio de la mujer en comparación con un hombre? ¿Concuerda Él con el Corán acerca del valor de la mujer?
En el Corán la mujer vale la mitad de un hombre.7 El gran valor de la humanidad tanto hombre como mujer está indicado por la resurrección de Jesucristo, el suceso más grande para la humanidad, cuando Dios levantó a Jesús de la muerte. Además, todo en la Biblia apunta a este suceso. Tal vez algunos pensarán que Jesús se hubiera mostrado y aparecido solamente a los discípulos o a algunos hombres, pero no fue así. En Juan 20:11-18 Jesús mismo apareció a María Magdalena y fue ella quien testificó de su aparición, dando así las noticias a los hombres de la aldea. En la segunda aparición de Jesús resucitado corporalmente (Mt 28:8-10) fue a un grupo de mujeres y las mandó con las nuevas a los hermanos. Obviamente para Jesús el testimonio de las mujeres era digno y confiable. Para Jesús la mujer valía mucho más que la mitad de un hombre como dice la enseñanza de Mahoma y el Islam equivocadamente.
¿Existe algo de la igualdad de la mujer con el hombre en otros pasajes neotestamentarios? María, la hermana de Lázaro, estaba sentada a los pies de Jesús en su casa y Marta la llamó para que le ayudara a preparar el alimento. Jesús le dijo a María que se quedara dónde estaba escuchando sus enseñanzas. En ese momento el rabino (el anfitrión) estaba permitiendo a una mujer sentarse a los pies de Jesús (Lu 10:38-42). Con este acto Jesús estaba cambiando el concepto, por lo menos mil años, de historia de los judíos – cambiándola radicalmente. Así de revolucionario fue Jesús.
Otra referencia a la igualdad del hombre y la mujer aparece en Gálatas donde dice que el varón y hembra son corporalmente uno en Cristo Jesús. Dice el versículo: “Ya no hay judío ni griego, esclavo ni libre, hombre ni mujer, sino que todos ustedes son uno solo en Cristo Jesús” (3:28 NVI) Además de la igualdad entre varón y hembra, incluye cuatro otros tipos de personas que son iguales también.
En cuanto a un mandamiento acerca de la equidad veamos 1 Corintios 7, un capítulo completo sobre el matrimonio. Dice que el matrimonio es entre un hombre y una mujer (7:2) y el hombre en su cumplimiento de su deber conyugal es igual a la esposa y viceversa (7:3) y ni él ni ella sola tienen la potestad sobre su propio cuerpo sino que su cónyuge la tiene (7:4). El escritor puntualiza también que “No se niegue el uno al otro, a no ser de común acuerdo, y… No tarden en volver a unirse nuevamente” (7:5 NVI). Según el apóstol Pablo, el cuerpo del esposo debe ser tratado de forma igual al cuerpo de la esposa.
En Efesios 5:25 da instrucción que los esposos deben amar a sus esposas “como Cristo amó la iglesia” y dio su vida por ella. A los cristianos no les es permitido abusar o golpear o azotar a sus esposas. Al contrario, deben amarlas de corazón. El esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. “El que ama a su esposa se ama a sí mismo” (5:28NVI). También Pablo ve la iglesia como esposa de Cristo y la compara a la esposa en un matrimonio. Los esposos deben amarlas y estar dispuestos a morir por ellas como Cristo lo hizo por la iglesia. Esto es una corrección muy necesaria para el Sura 4:34 en el Corán y aun para todos los pasajes que discutimos en los Suras 2 y 4.
Todas nuestras esposas son especialmente importantes y los esposos varones no deben elevarse a sí mismos sobre ellas. No deben dominarlas voluntariosamente y no deben golpearlas. No deben ser tan egoístas u orgullosos de sí mismos al punto de no estar dispuestos a morir por ellas. ¡Qué corrección!
Las mujeres tentadas a convertirse a la religión islámica deben escudriñar las enseñanzas bíblicas. Pueden descubrir que la Biblia hace bien todas las cosas a la vez que el Corán hace mal en vez de dignificarlas. Esto aplica a miles y miles de gente. Amen a Jesucristo, y entrarán a la vida y serán empoderadas con la gracia de Dios.
Concluimos, pues, que una razón del conflicto es cuando hay matrimonios interreligiosos, se debe a las leyes musulmanas, y sus creencias acerca de la mujer y los hijos difieren mucho. Los esposos que son musulmanes con frecuencia escapan a su país de origen con su prole y nunca regresan a la esposa en el Occidente. Abandonan a América y a Puerto Rico y la esposa se queda separada de sus hijos y sufre con su corazón roto.□
1The Ankerberg Show entrevista con Jay Smith, apologista y polemista del RU (10 julio 2016) (JAShow.org). Es considerado número uno erudito del Islam en el mundo. Se estima que en Puerto Rico hay unos 3,000 musulmanes, la mayoría árabes que son de Palestina.
2 “La Visión Islámica de la Mujer,” Doctrinas Sanas y Sectas Malsanas VIII:50-55 (SD (Jul-ago, 2012). Actualmente en Puerto Rico la comunidad musulmana está integrada por unos 3,500 practicantes y hay 10 mezquitas alrededor de la isla.
3 Pero no siempre en Irán donde el velo islámico es obligatorio; algunas mujeres se oponen, pues exigen liberttd para vestir sin ello. Ana Cardenes, “Iraníes sueltan su pelo en Facebook,” íN (8 mayo 2014), 5
4 “No os pido ningún salario. Mi salario no incumbe sino al Señor del universo” (Sura 26:164). Todas las citas del Corán en este escrito son de la traducción de Julio Cortés (Herder, 2000).
5 Gn 2:24: “…el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo” (NTV)
6 Verso usado por Beth Grone, colega de Jay Smith y cofundadora de Flander Centre for Apologetics.
7 Se palpa esta desigualdad entre los hombres y las mujeres en las mezquitas donde los hombres y las mujeres tienen que estar separadas; a veces las mujeres se reúnen detrás de una cortina intransparente que las coloca donde no pueden ver al Imán cuando se dirige a los congregados. En otras mezquitas las mujeres tienen que reunirse detrás de los hombres en un segundo piso.
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